jueves, 29 de agosto de 2024

Solemnidad de la Asunción

Mensaje de Nuestro Señor Jesús a Valentina Papagna en Sidney, Australia, el 15 de agosto de 2024

Hoy, durante la Santa Misa en la Catedral de San Patricio por la Asunción de la Santa Madre de Dios, nuestro Señor Jesús vino con un aspecto muy triste.

Dijo: «Hoy es una fiesta muy especial de la Asunción de Mi Madre. Es muy honrada por todos los ángeles y santos del Cielo. Constantemente entonan melodías en adoración por ser la Madre de Dios».

«Pero, lamentablemente, en la Tierra, Ella es muy poco honrada. La mayor parte de la humanidad la rechaza y no quiere creer en Ella ni conocerla. Eso la entristece tanto que derrama muchas lágrimas, pero nunca deja de rezar por Sus hijos pecadores. Oh, cuánto dolor recibe en Su Corazón Inmaculado que la traspasa por completo».

«Hija mía Valentina, consuela a Mi Madre y dile cuánto la amas. Eso la alegrará. Ella cuenta con que Sus hijos fieles la consuelen».

Entonces Nuestro Señor dijo: «El mundo es muy pecador, y no puedo prometer que el año que viene será igual que ahora y que tendréis la oportunidad de honrar la Fiesta de la Asunción. Cambiarán muchas cosas en el mundo que podrían afectar a Mis Iglesias».

«Rezad, rezad y decid a la humanidad que pronto cambiaré el mundo para mejor».

«Valentina, muchas almas han ido al Cielo hoy, en este día tan especial, la Fiesta de la Asunción. Pensé que te gustaría saberlo».

Mientras el Señor me decía esto, recordé cómo, en las primeras horas de esta mañana, el Ángel vino y me llevó al Purgatorio, donde conocí a muchas almas. Se acercaban a mí, y estaban tan contentas y alegres, llevando cada una un regalito para mí, envuelto como un paquetito en papel y cintas preciosas.

Decían: «Gracias, Valentina, esto es para ti».

Acepté amablemente sus regalos, entregados en espíritu.

El Ángel estaba a mi lado. Le dije: «¿Para qué son los regalos? No es mi cumpleaños».

Me dijo: «Las almas te están muy agradecidas por haber sufrido y rezado por ellas. Les ayudaste a redimirse y a purificarse, y a ir al Cielo. Y el regalo, que es espiritual, es su agradecimiento».

Gracias, Señor Jesús, por este día tan especial que celebramos. Ten piedad de Tus hijos que no honran a Tu santa Madre.

Origen: ➥ valentina-sydneyseer.com.au